viernes, 20 de julio de 2012

¿Y mis derechos?

Ayer que caminaba rumbo al transporte de personal después de una relajada ardua jornada laboral, cuando de repente algo capturo toda mi atencion. Y con algo quiero decir unas nalgotas espectaculares.

Después de imaginarme a la portadora de esas nalgotas en mil y un posiciones le comente a mi coworker que si estaba viendo lo mismo que yo, a lo cual el me respondió:

- Si we pero callate que nos puede escuchar
- ¿y?
- Esta prohibido we, las políticas de IBM lo dicen
- No mames!!

Hasta aquí yo pense que se refería al acoso sexual, cosa normal -pensé-, en todos los trabajos -supongo- lo prohíben. Pero no, resulta que las viejas pueden andar por la vida acusando fulanos por andarles viendo las nalgas y/o las tetas sea esto verdad o no.

Y para chingarla de acabar resulta que también los maricones pueden hacer algo similar, pueden ir y quejarse que les estás diciendo muerde almohadas o que te burlaste de su desgarre anal. Y al igual que en el caso anterior, sin ninguna prueba más que su palabra.

¡¡PINCHES MAMADAS!!

Y ¿nosotros que?
¿Donde estan los derechos de los machos peludos pito grande y guapos como yo?

¿Se imaginan? Una pinche gorda puede irnos sabroseando y nosotros nos tenemos que aguantar sus grasientas caras lujuriosas.

O peor aún, un maricón puede llegar y decirnos mamadas, y si nosotros respondemos -como buenos machos peludos pito grande y guapos que somos- dándoles una patada en el culo y mandandolos a chingar a su frustrada madre, ellos simplemente nos acusan y uno es el que se jode.

Chingaos a veces pienso que estaría más chido ser albañil /snif

Me voy a ver nalgas, pero no le digan a nadie.

1 comentario:

Li Lelouch dijo...

No, ya enserio ... y cual es el castigo? digo, para saber si conviene andar viendo o no.

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