martes, 28 de agosto de 2012

The lick of carnivorous wind

Eran las cinco de la mañana en un lunes fresco de septiembre y ahí estaba Ana, o Anita como le decían sus amigas -que eran pocas-, parada frente al espejo de cuerpo completo, que tiene en la parte posterior de la puerta que da entrada a su cuarto. Se miraba de arriba a abajo y de abajo hacia arriba con una mirada triste y perdida.

- Hoy termina esto, yo se que puedo hacerlo y lo voy a hacer. Jamás volveré a ser la pendeja de alguien.

Dos noches atrás Ana había salido con un fulano, que en aquel entonces se hacía llamar Roberto. Lo había conocido por internet hace dos semanas y hasta ese sábado se animó a aceptar la invitación de “Roberto” para ir a un bar.

Cuando el momento de la cita llegó hacía un poco de frío y el viento soplaba impasible acariciando la cara regordeta de Ana.

Ana miraba repetidamente la hora en su celular y cuando no lo hacía tamborileaba los dedos de su mano derecha sobre la pierna del mismo lado mientras que con la otra se acomodaba el pelo o el bolso que llevaba consigo colgando sobre su hombro izquierdo.

- Las diez de la noche, hace media hora que debería haber llegado

Ana se preguntaba si estaba en el lugar correcto o si no había cometido un error con la hora. Y de cuando en cuando iba a asomarse a los otros dos bares que estaban por el mismo lugar.

Esa noche Ana se tuvo que conformar con un six de cerveza indio y una caja de cigarros marlboro light, que de paso a su departamento compró en un oxxo.

Después de un largo tiempo frente al espejo, recordando todos sus fracasos amorosos, buscó entre su ropa uno de sus pantalones deportivos. Se enfureció al darse cuenta que el mismo pantalon que hace un par de meses le quedaba bien, ya no le quedaba.

- No! no me voy a detener solo por un pantalón que ya no me queda.

Con unas tijeras Ana abrió uno de los costados y finalmente se alisto para salir. Llegó caminando al parque de la colonia, estaba todavía muy oscuro, Ana nunca había salido de su casa tan temprano y se sorprendió al ver que a esa hora la mañana es indistinguible de la noche.

- Muy bien es hora de que el cambio comience, aqui voy!!

Comenzó haciendo un poco de calistenia para después comenzar a trotar. No llevaba ni trescientos metros cuando le comenzó a faltar el aire y las piernas le empezaron a temblar. Se detuvo frente a un árbol el cual lo usó de soporte apoyándose en él con ambas manos.
El viento comenzó a soplar fuerte sacudiendo las ramas de los árboles y levantando las hojas caídas, haciéndolas bailar junto con las bolsas de plastico y demas basura que abunda por el parque.

Ana seguía recargada en el árbol cuando una sensación la hizo voltearse tan repentinamente que casi se cae. Sintió como si una especie de mano subiera por sus muslos para después detenerse en sus nalgas.
La sensación fue tan rápida y repentina que por un momento vaciló en si solo fue su imaginación o realmente algo la había tocado. Miró en todas direcciones en búsqueda de algo que pudiera darle una idea de que había sucedido, pero a donde quiera que volteaba solo encontraba árboles y bancas solitarias.

Al día siguiente se despertó al diez para las cinco, pero no se levantó, se quedó mirando fijamente al techo, recordando lo sucedido el día anterior pensaba en esa sensación y en que podría haber sido, tras unos minutos comenzó a materializar la mano fantasmal en una persona, en un hombre. Para cuando se dio cuenta de lo que estaba sucediendo, se sorprendió al ver que estaba completamente mojada y que tenía los dedos de su mano derecha, índice y medio, dentro de su vagina; Su mano izquierda estaba ocupada acariciando su pezón derecho.

- ¿Que estoy haciendo? Esto es ridiculo.

Ana miraba, desde una banca, el árbol donde sucedió. Tras titubear un poco y asegurarse de que nadie estaba presente camino en su dirección.

- Fué solo la... “inactividad”

Se sonrojó y se sintió estúpida por lo mismo.
Al llegar a aquel árbol el viento comenzó a soplar, esta vez con más fuerza que la anterior.  Soplaba en todas direcciones, levantando todo lo que se encontraba a su paso.

Ana comenzó a sentir un sentimiento de aprehensión muy fuerte, miraba hacia todos lados aferrándose al árbol y cerrando los ojos.

Un silencio abrumador encerró todo el lugar, el viento que un momento atrás soplaba salvajemente ahora había cesado por completo. Era como si el tiempo se hubiera detenido en ese momento.

Ana abrió los ojos y se sintió como en otro mundo, se soltó del árbol y dio unos pasos hacia el frente, sin ningún rumbo en específico, con la mirada perdida en la oscuridad que se abría paso entre los enormes árboles que llenaban el lugar.

Repentinamente una violenta corriente de aire surgió de la nada, dirigiéndose directamente hacia ana y tumbandola como si se tratara de una hoja mas de alguno de los árboles que ahí abundan.

- ¡¿Qué está pasando?! ¡¿Qué es esto?!

Ana estaba horrorizada y el viento solo aumentaba su intensidad, era como si el mismísimo Diablo estuviera soplando.

Ana estaba llorando, gritaba pero el sonido era opacado por el ruido que el viento producía.

Comenzó a sentir como la misma sensación de la otra vez subía por sus piernas, pero esta vez la sensación era más clara, más real... más placentera.

- Oh! mi amante invisible ven hacia mi, te he estado esperando tanto tiempo que ya no puedo esperar más. ¡Tomame! ¡Soy tuya! ¡TOMAME!

La fuerza invisible recorría todo el cuerpo de Ana como si de varios amantes se tratara. Ana se desnudo como pudo en medio de la tierra donde yacía tirada, se abrió de piernas y pudo sentir como era penetrada.

- ¡OH SI!
- ¡SII!
- ¡AHH!
- ¡AHHHHH!
- ¡AHHHHHHHHHHHH!
- ¡BASTA!
- ¡AHHHHH!
- ¡DUELE!
- ¡DETENTE! por fav ¡AHHH!

Ana ya no podía gritar tanta sangre que brotaba por su boca se lo impedía, lo único que podía hacer era retorcerse y rasguñar la tierra. Pero era inútil, el festín había comenzado y no terminaría pronto.

Una semana después un solitario funeral se dio acabo en el panteón municipal, los escasos restos que en ese momento se enterraban solo contaron con la despedida de un sacerdote y el enterrador.

viernes, 20 de julio de 2012

¿Y mis derechos?

Ayer que caminaba rumbo al transporte de personal después de una relajada ardua jornada laboral, cuando de repente algo capturo toda mi atencion. Y con algo quiero decir unas nalgotas espectaculares.

Después de imaginarme a la portadora de esas nalgotas en mil y un posiciones le comente a mi coworker que si estaba viendo lo mismo que yo, a lo cual el me respondió:

- Si we pero callate que nos puede escuchar
- ¿y?
- Esta prohibido we, las políticas de IBM lo dicen
- No mames!!

Hasta aquí yo pense que se refería al acoso sexual, cosa normal -pensé-, en todos los trabajos -supongo- lo prohíben. Pero no, resulta que las viejas pueden andar por la vida acusando fulanos por andarles viendo las nalgas y/o las tetas sea esto verdad o no.

Y para chingarla de acabar resulta que también los maricones pueden hacer algo similar, pueden ir y quejarse que les estás diciendo muerde almohadas o que te burlaste de su desgarre anal. Y al igual que en el caso anterior, sin ninguna prueba más que su palabra.

¡¡PINCHES MAMADAS!!

Y ¿nosotros que?
¿Donde estan los derechos de los machos peludos pito grande y guapos como yo?

¿Se imaginan? Una pinche gorda puede irnos sabroseando y nosotros nos tenemos que aguantar sus grasientas caras lujuriosas.

O peor aún, un maricón puede llegar y decirnos mamadas, y si nosotros respondemos -como buenos machos peludos pito grande y guapos que somos- dándoles una patada en el culo y mandandolos a chingar a su frustrada madre, ellos simplemente nos acusan y uno es el que se jode.

Chingaos a veces pienso que estaría más chido ser albañil /snif

Me voy a ver nalgas, pero no le digan a nadie.

jueves, 19 de julio de 2012

Post random #1

Tengo ganas de escribir, y tengo tiempo para hacerlo -cosa rara-, pero no se sobre que chingados escribir, por lo que iré escribiendo todo lo que se me vaya viniendo a la mente sin pensarlo mucho (creo que abuse del verbo escribir, pero me importa un pito).

Pinche ortografía de la verga que tengo, me pregunto si algún día mejorará un poco. Ahorita no se nota mucho porque el buen google docs me dice donde la estoy cagando, así que si ven alguna falta ortográfica reclamenle a google. Pero ahora que lo pienso ¿quien chingados son ustedes como para poder reclamarle algo a Google?

Me resulta fascinante como, de no saber sobre qué chingados escribir, terminé escribiendo sobre ortografía algo que la verdad me importa dos pitos la mayoría de las veces.

Ahorita que le doy una releida rapida a lo que llevo escrito, creo que tambien mi redacción de esta de la verga. Y desafortunadamente Google no me puede ayudar en eso, así que en eso si me pueden reclamar a mi. Pero de nuevo, ¿quienes son ustedes como para poder reclamarme algo a mi?

Creo que he mencionado mucho a Google en este post, no se si se me note lo fanBoy o si solo se trata de mi mala redacción. En fin eso me importa tres pitos.

Creo que ya escribí lo suficiente como para dejar este post con un tamaño decente, así que ya cumpli por hoy con satisfacer mis ganas de escribir, pero ahora tengo ganas de patear a una gorda.

En fin no se pueden satisfacer siempre las ganas de algo ¿o si?

jajajaja Escribo como si mucha gente fuera a leer esto, pero me vale cuatro pitos así que si saben sumar -no estoy muy seguro de que sepan hacerlo- sumen todos los pitos que me vale lo que piensen de este post y metanselos en el culo.

Me voy a... mmm... me vale cinco pitos a donde me voy.

jueves, 5 de julio de 2012

Que bonito es Jalisco

Bueno, creo que de lo primero que escribiré en este, mi esperadísimo regreso como escritor chingon que soy; Será sobre...

Mmmm ¿de que chingados iba a escribir?

¡Ah! si, de lo pinche culero que esta el área metropolitana de Jalisco. Es que neta, para ser -supuestamente- uno de los tres estados más chingones del país, no vale pa pura verga.

¿Y porque dices eso culero? Se preguntaran ustedes mis queridos millones de lectores, bueno pues a continuación les voy a enumerar algunas de las causas.

1.- ¡Las putas calles no tienen letreros que digan su puto nombre!

Neta no mamen pinches jalisquillos ¿que piensan que todos los que somos de fuera somos adivinos o que chingados les pasa por su hueca cabeza?
¿Que no conoces google maps naco? Dirán algunos pendejos, pues dejenme aclararles algo mamones, no toda la gente anda por la calle con sus smartphones/tablets/netbooks/etc y los que tenemos alguno de los anteriores, por lo general estamos jodidos y no tenemos plan de datos. Así que vallanse mucho a la verga con sus calles sin letrero.

2.- Saludan como retrasados mentales.

¿Que chingados les pasa? ¿Porque carajos no saludan como la gente normal?

Neta eso de rozar las palmas de las manos para después dar un choquesito con el puño cerrado, solo hace que los foráneos pensemos que sufren de retraso mental.

3.- Estan infestados de maricones.

Es bien sabido en todo el país que Jalisco es famoso, porque ahí se dan los hombres, entre ellos claro esta. Pero neta que hasta que no vienes a verlo con tus propios ojos no te das cuenta de la magnitud de eso. Hay maricones por todos lados, tienes que andar caminando por todos lados con las manos tapandote el culo y la verga porque nunca se sabe de donde va a salir un ejército de muerde almohadas a querer manosearte.

4.- Estan bien pendejos para manejar y más cuando llueve, hasta parece que lo primero que piensan al subirse al carro es “Espero que hoy choque bien chido”.

5.- Le dicen lonche a las tortas.

En fin ya no le sigo porque si no después no acabo.

Me voy a patear maricones.

Regresé en forma d!! OK no, simplemente regresé

Hace un chingo que no escribo en esta madre y espero que hoy que lo vuelvo a hacer, no lo vuelva a dejar tan de repente y tanto tiempo.

El motivo por el cual regreso a escribir es simple; Me gusta escribir y sobre todo me gusta leer lo que escribo. Ya varias veces, después de releer todos mis posts -que son pocos-, había tenido la intención de volver a escribir, pero por la falta de tiempo no lo hice -eso de estar casado no deja nada bueno, pero no le vayan a decir a mi vieja si no me capa- y ahora que estoy en Guadalajara -Zapopan realmente, pero pues es la misma mierda- Voy a aprovechar para hacerlo de vez en cuando.



Me voy a seguir escribiendo.

lunes, 16 de mayo de 2011

Como me ha ido en la feria

Con este 2011 cumplo cuatro años consecutivos de no asistir a la cantina más grande del mundo Feria Nacional de San Marcos por distintas razones.

Primero que nada tengo que aclarar, que con lo de no asistir, me refiero a no ir por lo menos unas seis veces a la feria. Porque luego no falta el pendejo de turno que dice “no seas pinche mentiroso, si fuiste conmigo el otro año” /sigh

El primer año que no fui, fue el que más me dolió, porque en esos tiempos era cuando todavía era bien pinche borracho y en la feria era donde me podía juntar con toda la raza a pistear. Porque en la uni ya estaba arto de ir a puro pinche antro con los de mi salón –me cagan los pinches antros, los odio, los aborrezco- .

En fin, ese año estaba jugando football americano con el equipo de la uni, Los Gallos. Y en el segundo partido, en el que nos toco visitar a los borregos de celaya, un fullback -de unos 110 kilos- y un hoyo en el campo se pusieron de acuerdo para hacerle palanca a mi tobillo derecho y así fracturarme el peroné, y por consecuencia no asistir a la feria. Chinguen a su madre pinches culeros!!! /snif

Después de que me enyesaran la pierna derecha el doctor me dijo que mínimo dos meses en muletas, con lo que pensé “adiós feria… chinguen a su madre pinche hoyo y pinche fullback”.

Después de que les rogué a mis compas que cargaran conmigo mis compas me convencieron de acompañarlos en mi condición, finalmente fui a la dichosa feria, pero me la pase toda la pinche noche recargado en un poste, con las muletas de un lado y la cerveza del otro, parecía pinche pordiosero. Pinches amigos culeros!

El año siguiente, yo estaba con toda la mentalidad de desquitar la feria pasada. Y que salen con la mamada de la influenza…

Chingada madre solo a una pinche enfermedad ficticia se le ocurre hacer su desmadre en plena feria. Solo asistí tres veces ese año.

El año pasado, ya no me dolió tanto, solo fui dos veces, pero una de ellas fue para ver a Vicente Fernández (Chente, como le decimos los compas) así que en cierto modo eso compenso algo las cosas.

Ese año la culpa fue de la pinche empresucha Quarksoft –No me canso de decir “que bueno que renuncie”-, que se le ocurrió mandarme a trabajar a la horrible ciudad del D.F. Y mientras yo podía estar viendo culos de todos tamaños, colores y sabores mientras disfrutaba de una buena cerveza. Estaba en un hotel viendo las lonjas de un gordo chistoso. /sigh

Y finalmente este año, la neta ni la extrañe. El motivo para no asistir fue una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida, ser papá.

Mi hijo Dante, nació el 21 de marzo y debido a su corta edad, pues necesita que alguien lo este cuidando las 24 horas.

Este domingo que acaba de pasar, mi mujer estaba chingue y chingue con ir a la feria, yo le decía que no por dos cosas, la primera me daba hueva y no quería ir y la segunda, quien nos iba a cuidar al niño?. Al final me convenció y convenció a su mamá de que nos cuidara al niño esa noche.

Ya rumbo a la feria, la convencí que primero fuéramos al Nitro (bar-billar cerca de la feria) a jugar billar un rato.

Y cuando llegamos el lugar estaba más solo que el refrigerador de un somalíe, lo cual nos valió madre y entramos, en eso se acerco una gorda disfrazada de mesera a recibirnos. Y dijo uno de los conjuntos de palabras más hermoso que existe “Buenas noches hoy tenemos en promoción la cubeta de cervezas” *se limpia una lagrima del rostro*. Y en efecto, la cubeta con 6 cervezas costaba 60 pesos. Por lo que nos quedamos ahí como hasta la una pisteando y jugando billar.

Ya cuando nos íbamos, decidimos ir a la feria a ver que tal, pero al ver tanta pinche gente, dimos media vuelta y nos fuimos a la casa.

Y es por eso que desde este año puedo decir con orgullo “!Feria!, ya no te necesito”

Me voy a cambiar pañales.

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