lunes, 16 de mayo de 2011

Como me ha ido en la feria

Con este 2011 cumplo cuatro años consecutivos de no asistir a la cantina más grande del mundo Feria Nacional de San Marcos por distintas razones.

Primero que nada tengo que aclarar, que con lo de no asistir, me refiero a no ir por lo menos unas seis veces a la feria. Porque luego no falta el pendejo de turno que dice “no seas pinche mentiroso, si fuiste conmigo el otro año” /sigh

El primer año que no fui, fue el que más me dolió, porque en esos tiempos era cuando todavía era bien pinche borracho y en la feria era donde me podía juntar con toda la raza a pistear. Porque en la uni ya estaba arto de ir a puro pinche antro con los de mi salón –me cagan los pinches antros, los odio, los aborrezco- .

En fin, ese año estaba jugando football americano con el equipo de la uni, Los Gallos. Y en el segundo partido, en el que nos toco visitar a los borregos de celaya, un fullback -de unos 110 kilos- y un hoyo en el campo se pusieron de acuerdo para hacerle palanca a mi tobillo derecho y así fracturarme el peroné, y por consecuencia no asistir a la feria. Chinguen a su madre pinches culeros!!! /snif

Después de que me enyesaran la pierna derecha el doctor me dijo que mínimo dos meses en muletas, con lo que pensé “adiós feria… chinguen a su madre pinche hoyo y pinche fullback”.

Después de que les rogué a mis compas que cargaran conmigo mis compas me convencieron de acompañarlos en mi condición, finalmente fui a la dichosa feria, pero me la pase toda la pinche noche recargado en un poste, con las muletas de un lado y la cerveza del otro, parecía pinche pordiosero. Pinches amigos culeros!

El año siguiente, yo estaba con toda la mentalidad de desquitar la feria pasada. Y que salen con la mamada de la influenza…

Chingada madre solo a una pinche enfermedad ficticia se le ocurre hacer su desmadre en plena feria. Solo asistí tres veces ese año.

El año pasado, ya no me dolió tanto, solo fui dos veces, pero una de ellas fue para ver a Vicente Fernández (Chente, como le decimos los compas) así que en cierto modo eso compenso algo las cosas.

Ese año la culpa fue de la pinche empresucha Quarksoft –No me canso de decir “que bueno que renuncie”-, que se le ocurrió mandarme a trabajar a la horrible ciudad del D.F. Y mientras yo podía estar viendo culos de todos tamaños, colores y sabores mientras disfrutaba de una buena cerveza. Estaba en un hotel viendo las lonjas de un gordo chistoso. /sigh

Y finalmente este año, la neta ni la extrañe. El motivo para no asistir fue una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida, ser papá.

Mi hijo Dante, nació el 21 de marzo y debido a su corta edad, pues necesita que alguien lo este cuidando las 24 horas.

Este domingo que acaba de pasar, mi mujer estaba chingue y chingue con ir a la feria, yo le decía que no por dos cosas, la primera me daba hueva y no quería ir y la segunda, quien nos iba a cuidar al niño?. Al final me convenció y convenció a su mamá de que nos cuidara al niño esa noche.

Ya rumbo a la feria, la convencí que primero fuéramos al Nitro (bar-billar cerca de la feria) a jugar billar un rato.

Y cuando llegamos el lugar estaba más solo que el refrigerador de un somalíe, lo cual nos valió madre y entramos, en eso se acerco una gorda disfrazada de mesera a recibirnos. Y dijo uno de los conjuntos de palabras más hermoso que existe “Buenas noches hoy tenemos en promoción la cubeta de cervezas” *se limpia una lagrima del rostro*. Y en efecto, la cubeta con 6 cervezas costaba 60 pesos. Por lo que nos quedamos ahí como hasta la una pisteando y jugando billar.

Ya cuando nos íbamos, decidimos ir a la feria a ver que tal, pero al ver tanta pinche gente, dimos media vuelta y nos fuimos a la casa.

Y es por eso que desde este año puedo decir con orgullo “!Feria!, ya no te necesito”

Me voy a cambiar pañales.

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